Queratoplastia Penetrante (PKP) (Trasplante de córnea de espesor total)

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El primer trasplante de córnea se realizó en 1905. Sin embargo, en los últimos veinte años, se han producido grandes avances en el desarrollo de técnicas y medicamentos microquirúrgicos para prevenir el rechazo del trasplante. De hecho, debido a estos avances, el trasplante de córnea se ha convertido en la cirugía de trasplante de tejidos más exitosa hoy en día.

La córnea es el tejido transparente que cubre la pupila y el iris. En realidad, cuando vemos la pupila estamos mirando través de la córnea, tal como miraríamos a través de una ventana. La pérdida de transparencia de la córnea, así como una ventana nublada, reducirá la visión. La opacidad de la córnea puede estar relacionada con muchos factores. Las lesiones, las infecciones, las enfermedades congénitas y el envejecimiento son los principales motivos de pérdida de la claridad corneal.

Es importante comprender que incluso después de una cirugía exitosa, el trasplante de córnea requiere un tiempo considerable para poder adaptarse a su nuevo entorno. Por lo tanto, es posible que su visión no comience a mejorar antes de varios meses y, a veces, después de un período de tiempo más largo (hasta un año). Después de que el trasplante se haya curado y se haya retirado el número apropiado de suturas, es posible que el paciente deba usar gafas o lentes de contacto para lograr su mejor visión.

La queratoplastia penetrante es un procedimiento complicado que requiere atención y seguimiento a largo plazo. Para la gran mayoría de nuestros pacientes cuya visión ha sido restaurada por medio del trasplante de córnea, el esfuerzo ha demostrado que vale la pena.